Empiezo fuerte, abro un melonazo.
Lo primero decir que yo no soy psicóloga, por lo que te animo a que si tienes dudas sobre el tema y las quieres solucionar vayas a terapia.
Te aseguro que es la jodida mejor inversión que vas a hacer y un acto de amor por ti brutal.
Yo simplemente hablo de mi experiencia y de lo que he aprendido con ella, así que por favor no creas nada de lo que leas aquí e infórmate en fuentes oficiales o yendo a terapia.
Voy al lío:
Creo que cuando se habla de apego hay que matizar bastante, porque es fácil confundirse o confundir.
El apego no es malo, aunque se escuche a menudo que lo es.
Cuando se dice que es malo es porque se asocia a la dependencia emocional, pero son dos cosas diferentes.
De hecho, el apego es absolutamente necesario para ser feliz y sentirte bien contigo misma y con los demás.
Bien, ¿Y qué es el apego?
El apego, resumiendo, es la forma en la que nos vinculamos y relacionamos con los demás.
Existen varios tipos de apego: apego seguro, apego ansioso ambivalente, apego evitativo y apego desorganizado.
El apego seguro es sano, no tiene nada de malo, al contrario, si tienes apego seguro debo darte la enhorabuena, me alegro mucho por ti.
Te relacionas de una manera sana con los demás.
Son personas con una buena autoestima y seguridad en sí mismas.
Tienden a tener relaciones más largas, ya sea de amistad o pareja.
Apego ansioso ambivalente:
Este se identifica por ejemplo cuando demandamos mucho tiempo en pareja, reclamamos cosas, exigimos ciertas actitudes, tiempos, actividades, etc.
Yo tengo este tipo de apego y he tenido que trabajar mucho mis creencias con respecto a una relación, temas como el tiempo que creía que debíamos pasar juntos para que la relación funcionase, etc.
En el apego ansioso hay dependencia emocional.
A mí una forma que me ayudó a identificarlo fue analizar cómo era cuando estaba soltera y como soy cuando estoy en pareja, aparte de ir a terapia y confirmarlo. Siempre es importante que un profesional te ayude a averiguarlo, porque nosotras por sí mismas podemos equivocarnos estrepitosamente.
En mi caso cuando estoy soltera soy super independiente, super social, me encanta hacer cosas fuera continuamente, salir, viajar, etc.
Y cuando estoy en pareja siento que de manera emocional algo me pide que mi pareja esté hasta en la sopa.
Si si, así de heavy jaja
Si esto también te pasaba o te pasa a ti, d’ont worry, tiene solución. No estás sola, nos pasa a muchísimas personas.
Te explico cómo lo vivo yo:
Es una sensación, así como si él estuviera agarrado a un lado de una goma elástica (las típicas para entrenar) y yo al otro y cuando quiero ir a hacer algo la goma se estira y siento que no puedo separarme más, que para sentirme tranquila y a gusto él debe estar cerca.
Pero de manera racional me doy cuenta y esto me ayuda a identificarlo y rectificarlo.
El apego ansioso ambivalente yo lo trabajo por ejemplo yendo a hacer cosas sola y/o con otras personas sin él, entre otras cosas.
Y con el tiempo la sensación de tensión de la goma se ha afloja, aunque al principio dé vértigo, o miedo, porque de alguna manera tenerle cerca te proporciona seguridad, trabájalo, porque de verdad que la goma afloja y te sientes muchísimo mejor.
No te digo que dejes de hacer cosas con él, no me malinterpretes, si no que aparte de hacer cosas con él hagas cosas fuera de la relación y que repartas tu apego con otras personas, relacionándote con ellas, no hace falta que sean tus mejores amigas, simplemente colegas de entreno, compis de curro con los que hay buen rollo y puedas ir a tomar algo, cenar o realizar alguna actividad.
Ojo, es normal que cuando inicias una relación te apetezca menos salir de fiesta, entres en otro modo, no salgas tanto, etc. Básicamente porque tienes otra prioridad, tu pareja, y más el primer año y medio o dos que todo es idílico y maravilloso.
Pero no te líes, debe ser una de tus prioridades, no la única.
Los que tenemos apego ansioso ambivalente tendemos a que todo nuestro mundo gire alrededor de nuestra pareja y esto es un error.
Un error que te afecta a ti, porque sufres y afecta a tu pareja porque posiblemente lo agobies.
En resumen, tú debes ser tu mundo, tienes que cuidarte.
¿Qué implica cuidarte? Te lo cuento en la siguiente publicación del Blog.
Apego evitativo:
Se suele ver cuando una persona evita el conflicto y prefiere callar y tragar.
Esto es un problema, porque se convierte inconscientemente en resentimiento hacia la otra persona y eso puede evocar en multitud de problemas, como por ejemplo 0 ganas de pasar tiempo con el/ella, disminución del libido, contestaciones o comentarios desafortunados de forma impulsiva, reacciones desproporcionadas ante situaciones que de estar bien no te molestarían/cabrearían tanto, infelicidad, malestar, insomnio, etc.
Cuando algo les molesta pueden sentir un bloqueo que les impida verbalizar el malestar o el enfado en esa situación, esto además es posible que les frustre y si no saben identificarlo sea el pez que se muerde la cola y se bloqueen porque nunca han aprendido a verbalizar sus enfados/malestares y además se enfaden porque no pueden verbalizarlo.
Si tu pareja tiende a callar y tragar y no se comunica no le machaques ni le culpabilices, no lo hace aposta, simplemente se bloquea por algún motivo, es algo automático.
Lo mejor es que vayáis a terapia y que allí os den las herramientas para trabajar cada uno vuestro tipo de apego.
Este tipo de apego, igual que todos, puede venir de muchos lugares.
Uno de los motivos por los que puedes desarrollar apego evitativo es el abandono parcial o total de una de tus figuras paternas y también al haber tenido una infancia en la que había muchísima disciplina y si saltabas por no estar de acuerdo se te castigaba o pegaba o si tenías mucho miedo a esa figura que era tan dura y estricta te callabas y tragabas por puro instinto de supervivencia. También tiene que ver con nuestra genética y nuestra personalidad.
Pero ya te digo, hay mil motivos más por los que puedes desarrollar un apego u otro.
Apego desorganizado:
A grandes rasgos se podría decir que son personas/niños que han vivido una infancia compleja, han vivido en un ambiente familiar y/o de convivencia hostil y violento, en el que no sentían seguridad y no desarrollaron su autoestima como toca. Una o ambas figuras paternas han sido posiblemente agresivas de alguna manera.
Les cuesta identificar las emociones en las otras personas.
Si has tenido esta infancia, porfa, no caigas en creer que lo que te tocó vivir fue merecido, porque nunca es así, un niño nunca debería sufrir ese tipo de infancia por muy travieso que sea, por muy compleja que sea su personalidad, etc.
Para que me entiendas, este tipo de apego es un mix entre ansioso y evitativo.
Sienten una montaña rusa de emociones, algo así como “hoy te amo, mañana te odio”.
Estas personas no cambian de opinión aposta, es su forma de apego quien hace que sean así.
Cuando hablo de violencia en la infancia hablo desde empujones, cachetes, tortazos, tirones de brazo, hasta palizas y abusos de todo tipo.
Una vez te he dado una pincelada de los tipos de apegos te preguntarás porque hay varios tipos, y como se desarrollan.
Bien, el tipo de apego que tenemos de adultos, normalmente, es el que aprendimos a tener en nuestra infancia con nuestros padres.
Pero se puede dar por tantos motivos como personas hay en el mundo.
Te cuento un poco más sobre mí y sobre mi caso:
Mis padres se divorciaron cuando yo tenía 2 años y mi madre trabajaba de noche. Esto implica que al tener custodia compartida yo pasaba 3-4 días a la semana con cada uno de mis padres.
Como mi madre trabajaba de noche yo dormía siempre en casa de mi padre y mi abuela, entonces 3 o 4 tardes a la semana las pasaba con ella, digamos que la veía 4-5 horas al día 3-4 días a la semana.
Esto implica que pasaba “muy poco” tiempo con ella por lo que eso generó en mí una herida de abandono, aunque estuviera lo más presente que ella podía.
INCISO. Decirte que por muy perfecto que lo hagan los padres pueden crearse pequeños traumas. Si eres hijo intenta comprender a tu padre/madre para sanar esa herida.
Sigo.
Así que al apego ansioso ambivalente y un poco de evitativo que tengo le sumamos mi miedo al abandono por la ausencia parcial de mi madre.
También sumamos la parte de mi padre, que era una persona muy estricta, con facilidad para gritar, castigar, reñir, etc.
Esto implica que antes de trabajármelo, cuando mi pareja se alejaba, estaba más serio de lo habitual, se enfadaba por algo o notaba cualquier conducta rara o fuera de lo común me hacía caca encima, si, lo pasaba mal.
Vamos que si estaba serio ya pensaba que yo había hecho algo que le había molestado y surgía mi miedo al abandono.
Esto implica que, si ya tengo miedo al abandono, y encima me encanta la relación que tengo con mi pareja, se potencia.
Estoy segura de que esto que acabo de contar a más de una le ha pasado o le pasa.
Tranquila, tiene solución.
Por suerte para mí y para él, este tipo de cositas las he ido y voy trabajando, con esto te quiero decir que tu tipo de apego y todas las conductas de este tipo u otras que tengas que te causan a ti o a tu pareja malestar se pueden trabajar para mejorar.
También se pueden trabajar para mejorar TODOS los tipos de apego.
En mi caso mi pareja tiene apego evitativo.
Por lo visto las personas con mi apego y el suyo se atraen. Cosas de la naturaleza humana oye, lo de que los polos opuestos se atraen no era mentira jajaja
Si tú eres evitativo y el otro ansioso o viceversa, ahí hay una oportunidad brutal para mejorar vuestros apegos, conoceros mejor, aprender mucho sobre vosotros mismos y conseguir que vuestros apegos sean lo más parecido a un apego seguro posible. Ya que esa es la finalidad de trabajar el tipo de apego. Que sea lo más parecido al apego seguro.
Aunque, al principio cuando te enteras de tu tipo de apego y el suyo ya te digo que te cagas en todo y quieres salir corriendo, porque no voy a mentir, es difícil de cojones...pero cuando vas poniendo en práctica las herramientas que te da la psicóloga en terapia de pareja y ves tu avance y el suyo te sientes realmente bien y notas como te vas quitando peso de encima.
También quiero que sepas que puedes tener apego ansioso ambivalente muy evidente en la pareja, pero al relacionarte con tus amistades tener un apego seguro o evitativo.
También puedes tener varios tipos de apego, puedes ser mayoritariamente ansioso ambivalente pero también un pelín de evitativo y viceversa, sin que esto signifique que tienes un apego desorganizado.
Y también apego seguro y a momentos que salga el ansioso ambivalente o evitativo.
Vamos que no hay una única fórmula y en cada persona es diferente.
Después de contarte todo esto, te pido (aunque suene difícil) que si no tienes un apego seguro no culpes a tus padres por ausentarse o ser demasiado duros. Nuestros padres hicieron lo que pudieron con la información que tenían, que era nula.
Nos criaron por instinto y por patrones aprendidos en su infancia.
Una infancia que, posiblemente, en el caso de españoles, fue en guerra o posguerra, pasándolo posiblemente mal, en un ambiente hostil, porque antiguamente si se portaban mal lo normal era darles una paliza. En el cole les daban con la regla en la punta de los dedos y mil barbaridades más.
Si los profesores tenían total libertad de pegar a los alumnos, imagínate los padres. La violencia estaba totalmente normalizada y aceptada.
Por eso es súper importante no victimizarte, si no intentar comprender y perdonar, porque esto te ayudará a ti a mejorar la relación con ellos incluso aunque ya hayan fallecido.
Comprender y perdonar no significa ni justificar ni que te guste la forma en la que te educaron. Si no perdonar para sentir paz en tu interior y curar heridas que te ayudarán a sentirte mejor, mejorar tu relación de pareja y la forma en la que educas o educarás a tus hijos.
Para mí fue súper importante trabajar la relación con mis padres, preguntarle a cada uno su historia y empatizar para comprender que lo hicieron lo mejor que supieron.
La relación con mis padres la trabajé en terapia y me ayudó muchísimo a sanar.
A día de hoy tengo la suerte de contar con ellos en mi vida y la oportunidad de seguir trabajando la forma de relacionarme con ellos.
Aunque en terapia lo que trabajé era para mí, sin esperar que ellos modificasen su conducta.
He de decir que ha habido cambios, pero al no estar dispuestos a ir a terapia el cambio es a raíz de poner límites por mi parte y tener conversaciones bastante incómodas con ellos.
Pero si tienes la suerte de poder ir a terapia con tus padres para trabajar vuestra relación eso es maravilloso, valóralo porque escasea.
Ve a terapia para cualquier cosa que creas que puede mejorar en tu vida y no sabes por dónde tirar, desde insomnio, ansiedad, malestar, discusiones en pareja que no sabéis solucionar, etc
Y que sepas que es super habitual y normal, no sois diferentes al resto, simplemente os faltan las herramientas para llegar al consenso y así poder entenderos.
Y hasta aquí la chapa de hoy sobre el apego.
Mil gracias por leerme.
Espero que te haya gustado y te haya ayudado a comprender mejor el apego.
Te dejo mi Instagram para que bichees si te apetece.
Un abrazo enorrrrrrme.
Chau.